Paseo matutino

Hoy me despierto y me salva: Perlman & Zukerman Passacaglia (Handel-Halvorsen).

Como odio el metro, me carga de mala ostia. Menos mal que hoy al salir estaba chispeando, así al menos me he dado cuenta de que hay algo más allà del asfalto y del ambiente denso que respiro cada día a las 9 en Diagonal. Al menos llovía, y el agua ha borrado la macro-mancha de un pis que llevaba siglos entre rambla catalunya y rosellón, la cual yo siempre terminaba pisando no sé porqué. Pero bueno, me he cruzado con el mismo río de gente de cada día: la ejecutiva agresiva, la ama de casa marca cortefiel, la filipina paseando al perro del Ricachu, bolsas con tapers, los repartidores del Qué, del Adn, del 20 minutos, del Metro...! Luego viene la maratón de semáforos. Interminable. Coches y coches y más coches. Menos mal, que otra vez la naturaleza me da una señal. Una hoja cae de un árbol, pero tan lentamente y flota tan bien que me embobo. Me embobo y veo que baila, que vacila a los coches, pero claro, una hoja sola contra una estampida de coches... no puede ganar de ninguna manera. Así que al final la chafan. Yo vuelvo a despertar y decido cruzar. Llego al edificio, ahora toca decidir si subo por la escalera de servicio, por el montacargas, o por los ascensores pijis. Demasiado estrés a las 9 de la mañana!!! Subo por las escaleras de servicio (nunca hay nadie). Por fin ocupo mi lugar temporal en la empresa, me lleno el vaso de agua, enciendo el pc y me coloco mis cascos.